SUPERAR LA ILUSIÓN DEL REFLEJO

“Necesitas formar la imagen que tú quieres ver en el espejo. Cuando empiezas a andar hacia el mundo, el mundo empieza a andar hacia tí. Piensa siempre en lo que quieres conseguir y nunca en lo que te disgusta. ¿Qué quieres obtener? La anterior declaración desesperada del reflejo es cambiada por la nueva declaración deliberada de la realidad. Esta es la salida del círculo vicioso. Cuando empiezas a controlar tu mundo, la Intención Externa empieza a funcionar, y no hay nada imposible para ella”

Vadim Zeland

PROTOCOLO DE PRÁCTICA

Las declaraciones creadoras nos acercan a lo que comúnmente asociamos con el poder de los dioses. Son la expresión más clara del poder de la palabra, de que aquello que se dice se transforma en realidad; que la realidad se transforma siguiendo la intención de quien habla.

1º.- Transforma tu realidad emitiendo para ti la siguiente Declaración Creadora:

Declaración Creadora para superar la ilusión del Reflejo:

¡El principio para controlar mi realidad me indica que necesito dar la vuelta al círculo: primero me miro a mí mismo y luego en el espejo del Universo!

2º.- Apoya tu declaración creadora, escuchando muy quedo el siguiente Susurro de tu Celador y permítete ser arrullado por él:

Antes yo no me daba cuenta que estaba frente a un espejo gigante en el cual me veía sólo a mí mismo/a. Yo sentía que los obstáculos me controlaban y no tenía poder sobre mi infeliz destino. Ahora me doy cuenta, con mi Celador, que eso era una ilusión. Yo formaba un círculo vicioso – tenía pensamientos negativos – y el Universo, siendo un espejo, reflejaba esos pensamientos en mi vida, y siendo también un bumerang, me los devolvía intactos, tal como los había pensado.

El Transurfing de la Realidad hoy me entrega un principio efectivo para controlar mi realidad: me indica que necesito dar la vuelta al círculo: primero me miro a mí mismo y luego en el gran espejo del Universo.

Peregrina/o

¿Qué quieres ser?

¿Qué quieres obtener?

Recuerda la DIAPOSITIVA DE TU OBJETIVO VITAL O PRINCIPAL