domingo, 10 de abril de 2016

LA MEDITACIÓN CUÁNTICA


La vida es un juego y tú puedes llegar a la
Maestría del  juego que es tu vida.

Durante décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo “esotérico”, cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.
El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las “tomografías”. Conectando electrodos a este órgano, se determina dónde se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.
Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál es la  Realidad? “La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿Y tú qué sabes?”. En otras palabras,  fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.

El Programa de Meditación Cuántica (Que se iniciará por este blog dentro de cuatro semanas) aprovecha al máximo este principio de la mecánica cuántica y lo hace desde el momento presente. Ubica al meditador en el ahora, en el instante presente. Cada Meditación Cuántica supone tres pasos para el navegante cuántico:

1.   Sumergirse en la profundidad del ser con una mente lúcida y ordenada;
2.   Mantenerse quieto ahí (aquietar el flujo de la mente”) y
3.   Hacer lo que se necesite hacer.

La ansiedad y el miedo contaminan el juego de tu vida y hacen de tu vida un lugar inhóspito para vivir. Con las Meditaciones, diseñadas según la cibernética cuántica del ser humano,   tendrás la oportunidad de activar a tu “testigo silencioso” (Habitante Interno, Celador, Acechador, Observador distanciado, Ser inmutable, Maestro Interno, Perceptor Absoluto, Espíritu Santo, El Infinito). Él te permitirá limpiar ese lugar inhóspito, conocerte a fondo y aprender a:
Ø Jugar tu vida en presente

Ø Jugar tu vida en profundidad, vivir tu juego de la vida en tu esencia pura, en el amor que te hace ser, “en Dios”.

Ø Jugar tu vida en fraternidad-solidaridad

Ø Jugar tu vida sin apegos, sin sufrimiento

Recuerda que tú eres 100% responsable de tus miedos, fobias, resentimientos, fracasos, ansiedades, preocupaciones y sufrimiento.

JUGAR LA VIDA A PARTIR DE LA QUIETUD, TU TESORO

Detener la lucha, calmar tus emociones, descansar en ti mism@,  ser inocente, lúcid@, feliz, y disfrutar el juego  que es tu vida, éste es el objetivo de las Meditaciones Cuánticas, y, al mismo tiempo, el camino para alcanzarlo.
LA MAESTRÍA DEL  JUEGO QUE ES TU VIDA.

El habitante sabio es un maestro del juego de la vida y la disfruta a cada instante: él sabe cómo integrar tu mente, cómo jugar tu vida desde el no-hacer centrado en tu Maestro Interno.
Tu Maestro Interno, tu Fuente, La Consciencia Cósmica,  te enseña a relacionarte con la conciencia de la realidad cuántica y coopera contigo para que tú crezcas, te expandas y juegues tu vida, convirtiéndote en el cocreador de todos tus éxitos y tu destino.

EL TIEMPO DEL PEREGRINO:
v No tengo tiempo para sintonizar con las revelaciones ordinarias del mundo ordinario.

v No tengo tiempo para intentos flexibles. Sólo tengo tiempo para el intento inflexible.

v No tengo tiempo para ser áspero, cruel, negligente o estúpido.


1 comentario:

  1. Gracias por este compartir para ser mejor. Deseo participar en el Programa de Meditación Cuantica, estaré pendiente. Un abrazo con mucho respeto y cariño. Thais Mata

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