La vida
es un juego y tú puedes llegar a la
Maestría del juego que es
tu vida.
Durante
décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo
“esotérico”, cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo
teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la
realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos.
Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo
corroboran esta creencia.
El estudio
sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las
“tomografías”. Conectando electrodos a este órgano, se determina dónde se
produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla:
se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea
racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área
corresponde esa facultad.
Estos experimentos
en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un
determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero
cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral
es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve”
que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad? “La solución es que el
cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas
redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como
lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe
Dispenza en el libro “¿Y tú qué sabes?”. En otras palabras, fabricamos
nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es
decir, mediante nuestras emociones.
El Programa de Meditación Cuántica (Que se iniciará por este blog
dentro de cuatro semanas) aprovecha al máximo este principio de la
mecánica cuántica y lo hace desde el momento presente. Ubica al meditador en el
ahora, en el instante presente. Cada Meditación Cuántica supone tres pasos para
el navegante cuántico:
1.
Sumergirse en la profundidad del ser con una mente lúcida y
ordenada;
2.
Mantenerse quieto ahí (“aquietar
el flujo de la mente”) y
3.
Hacer lo que se necesite hacer.
La ansiedad y
el miedo contaminan el juego de tu vida y hacen de tu vida un lugar inhóspito para
vivir. Con las Meditaciones, diseñadas según la cibernética cuántica del
ser humano, tendrás la oportunidad de
activar a tu “testigo silencioso” (Habitante Interno, Celador, Acechador, Observador
distanciado, Ser inmutable, Maestro Interno, Perceptor Absoluto, Espíritu
Santo, El Infinito). Él te permitirá limpiar ese lugar inhóspito, conocerte a
fondo y aprender a:
Ø Jugar tu
vida en presente
Ø Jugar tu vida en profundidad,
vivir tu juego de la vida en tu esencia pura, en el amor que te hace ser, “en
Dios”.
Ø Jugar
tu vida en fraternidad-solidaridad
Ø Jugar
tu vida sin apegos, sin sufrimiento
Recuerda que
tú eres 100% responsable de tus miedos, fobias, resentimientos, fracasos,
ansiedades, preocupaciones y sufrimiento.
JUGAR LA VIDA A PARTIR DE LA QUIETUD, TU TESORO
Detener la lucha, calmar tus emociones, descansar en ti
mism@, ser inocente, lúcid@, feliz, y disfrutar el juego que es tu vida, éste es el objetivo de
las Meditaciones Cuánticas, y, al mismo tiempo, el camino para alcanzarlo.
LA MAESTRÍA
DEL JUEGO QUE ES TU VIDA.
El habitante sabio es un
maestro del juego de la vida y la disfruta a cada instante: él sabe cómo integrar
tu mente, cómo jugar tu vida desde
el no-hacer centrado en tu Maestro
Interno.
Tu Maestro Interno, tu Fuente, La Consciencia Cósmica, te enseña a relacionarte con la conciencia de la realidad cuántica y coopera
contigo para que tú crezcas, te expandas y juegues
tu vida, convirtiéndote en el cocreador de todos tus éxitos y tu destino.
EL TIEMPO DEL PEREGRINO:
v No tengo tiempo para sintonizar con
las revelaciones ordinarias del mundo ordinario.
v No tengo tiempo para intentos
flexibles. Sólo tengo tiempo para el intento
inflexible.
v No tengo tiempo para ser áspero,
cruel, negligente o estúpido.
Gracias por este compartir para ser mejor. Deseo participar en el Programa de Meditación Cuantica, estaré pendiente. Un abrazo con mucho respeto y cariño. Thais Mata
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