domingo, 26 de julio de 2015

LA CULTURA CONSCIENTE


HACIA LA MAESTRÍA DE ESTAR CONSCIENTE DE SER

Ningún hombre es una isla. Los seres humanos son animales sociales que se reúnen en familias, clanes, tribus y organizaciones. Para su supervivencia, considerando tanto los aspectos biológicos como los psicológicos, necesita relacionarse con otras personas. Por lo tanto, tratan de descubrir las señales que les permiten adecuarse a una comunidad y adaptar su conducta para lograrlo. Si no logran esa adaptación, abandonan el grupo o son expulsados de él. Todos los grupos ejercen presión sobre sus miembros con el objetivo de que actúen de acuerdo con sus pautas culturales. Quienes no consiguen adecuarse a esa cultura padecen ostracismo.
La cultura bien podría definirse como “la manera de hacer las cosas en un lugar determinado”. Se desarrolla a partir de los mensajes recibidos por cada uno de los miembros del grupo acerca de la conducta que se espera de ellos. Comprende los objetivos, las creencias, las rutinas, las necesidades y los valores compartidos. Todos los grupos, las corporaciones y los clubes deportivos, las escuelas y las familias, poseen su propia cultura.

ANTROPOTÉCNICA PARA ESTAR CONSCIENTE DE SER
Te propongo la siguiente reflexión: indaga a profundidad (de esto depende tu éxito como Peregrino del Transurfing):

Ø  ¿Cuáles son los objetivos, las creencias, las rutinas, las necesidades y los valores compartidos de tu grupo familiar?

Ø  ¿Cuáles son los objetivos, las creencias, las rutinas, las necesidades y los valores compartidos de tu grupo comunitario o vecinal?
Ø  ¿Cuáles son los objetivos, las creencias, las rutinas, las necesidades y los valores compartidos de tu grupo religioso, deportivo, social, etc.?

Ø  ¿Cuáles son los objetivos, las creencias, las rutinas, las necesidades y los valores compartidos de tu grupo laboral (Ya sea que labores como empleado, gerente o gerente-propietario)?

En todas las culturas de nuestro planeta existen, entre otros, tres valores compartidos durante las relaciones e interacciones que se entablan a diario: la competencia, la envidia y la codicia.
Lee, por favor, el siguiente texto de Mari Perron, y reflexiona sobre cómo es posible que esos valores tú mismos los compartas en tu vida cotidiana:

Ø  “Existe otra manera de mezquinarte partes de una relación. No adquiere la forma de las ofensas sino la de sentirte es­pecial. Retienes para sentirte especial, siempre a expensas de otro. Todos tus esfuerzos por ser mejor que tus herma­nos y hermanas se traducen en competencia, envidia, co­dicia. Se relacionan con la imagen que tienes de ti mismo y tus desvelos por reforzarla. Tu deseo no es ser inteligen­te, sino más  inteligente que tus colegas. Tu deseo no es ser generoso, sino más generoso que tus pares. Es tu deseo de ser más rico que tu prójimo, más atractivo que tus amigos, más exitoso que los demás hombres y mujeres. Cavas en­tonces una trinchera contra individuos y grupos; equipos, organizaciones y naciones; religiones, vecinos y familiares. Es tu deseo de tener el control, o de tener más o ser más. Y así desarrollas una vida basada en la comparación de la ilusión con la ilusión.”


¡BRINDAMOS HOY PORQUE ESTAMOS CONSCIENTE DE QUE EL DESARROLLO DE LA CULTURA DONDE NOS MOVEMOS Y ESTAMOS ES UN IMPERATIVO PARA CUALQUIER PEREGRINO!


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