domingo, 8 de febrero de 2015

CANTAR NUESTRAS CANCIONES


La importancia personal, o consideración interior, es una sutil enfermedad que constantemente está chupando nuestra energía en modos insospechados, uno de los cuales es lo que un renombrado psicólogo llama “cantar nuestras canciones”. Hay un continuo trasfondo de demandas hechas por la Falsa Personalidad que reunimos en pequeñas canciones y lamentos de desagrado:

Si tan sólo hubiera tenido mejores oportunidades cuando era joven…

Si tan sólo hubiese podido ir a la universidad…

Si tan sólo mis padres me hubieran entendido mejor…

Si tan sólo, en cuanto a eso, otra gente me pudiera entender mejor…pues nadie realmente me entiende, no se dan cuenta de que soy una persona muy tímida y apocada pese a lo fiera que parezca mi fachada.


PROTOCOLO DE PRÁCTICA

El Peregrino del Transurfing, como ser que practica, como ser que, a través de sus ejercicios, se produce y se trasciende a sí mismo.

Peregrina/o, la anterior es una canción. Que cantes o no esta canción depende de tu decisión, pero recuerda, todos tenemos nuestras cortas canciones favoritas y solemos cantarlas cuando vamos por la corriente de las variantes en pos de nuestro objetivo vital transcendente y las cosas comienzan a ir mal. Cuando tenemos que enfrentarnos a problemas de uno u otro tipo, surge una canción adecuada para que rumiemos nuestro desagrado. Te pregunto, o es bueno que te preguntes:

¿Cuáles son  mis canciones de frustración, ansiedad, temor, fracaso, codicia o envidia y  la charla interna que las acompaña?

¡Brindamos porque ya no recibimos todo lo que nos da el universo con un lamento!
 ¡Hoy lo recibimos todo con alegría!


¡Ante todo y primero las obras!
¡Esto es, ejercicio, ejercicio, ejercicio!
                                                            Friedrich Nietzsche

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