A estas alturas muchos seguidores de este blog me han estado preguntando
¿qué es o quién es exactamente el
Celador? Como ya lo he expresado antes, el Celador es simplemente tu
conciencia. “Cuanto más alto es el grado
de tu conciencia en la vida real, con más eficacia eres capaz de regir tu
propio destino”, afirma Vadim Zeland.
PROTOCOLO DE PRÁCTICA
Vadim Zeland contrapone al papel de Celador los papeles del Suplicante,
el Resentido y el Guerrero. Para los cuatro papeles el
autor mencionado les interpela con la siguiente interrogante:
¿Cómo se
mueven a través de la corriente de las variantes o corriente de la vida?
¿Cómo se mueve
el Suplicante?
El Suplicante pide
“El Suplicante declina toda responsabilidad por su destino,
diciendo que «todo es voluntad de Dios». Y si es así, sólo hay que pedirlo bien
y, como Dios es misericordioso, te lo dará. ¡Montañas y valles! ¡Ríos y mares!
¡Oh, cielo! ¡Oh, tierra! ¡Me inclino ante vuestro poder! Me colman la fe y la
veneración. ¡Yo creo que me ayudaréis a comprar mi periódico matutino!». ¿Qué,
te parece demasiado exagerado? Nada de eso, porque para las poderosas fuerzas
superiores, un periódico matutino o un castillo da lo mismo: todo les es posible.
¡Eres tú, entonces, quien había pedido mal! Bueno, pues, sigue pidiendo”.
¿Recapitula cuántas veces y en qué circunstancias has asumido en
la corriente de tu vida el papel de Suplicante?
¿Cómo se mueve
el Resentido?
El Resentido exige
“Expresa su disgusto y exige lo que supuestamente le
corresponde. El Resentido, con sus pretensiones perjudica más todavía su
destino. Como ejemplo pongamos otra alegoría. Un hombre visita una galería de
arte donde no le gusta lo expuesto, y se considera con pleno derecho a expresar
su disgusto. Empieza patear, a amenazar, a exigir, incluso a romperlo todo a su
alrededor. Por supuesto, seguido a eso viene el castigo. El hombre se ofende
aún más y sigue indignándose activamente: «Pero ¿cómo es posible? ¡Si es que ellos
deberían haber echado los hígados para satisfacerme!». Y no se le pasa por la
cabeza que es sólo un huésped en este mundo”.
¿Recuerdas cuántas veces y en qué circunstancias has expresado
tu disgusto?
¿Cómo se mueve
el Guerrero?
El Guerrero lucha
“La posición del Guerrero que haya elegido la lucha es más
productiva, pero su vida es muy difícil y requiere grandes esfuerzos. Por mucho
que el hombre resista, sólo se envuelve más en la telaraña. Le parece que está
luchando por su destino pero, en realidad, sólo consume su energía en vano. A
veces el hombre alcanza la victoria. ¡Pero a qué precio! La victoria se expone
a la consideración del mundo entero y todos vuelven a convencerse de que los
laureles no se consiguen tan fácilmente. De esta manera se crea y fortalece la
opinión pública: para alcanzar algo hay
que trabajar duro o luchar audazmente.
La opinión pública se forma prácticamente por los péndulos. Los potenciales de importancia sirven de
comederos para los péndulos. Si creemos que es difícil alcanzar nuestro
objetivo, nos habla la importancia exterior. Si creemos que sólo individuos
dotados de cualidades extraordinarias pueden alcanzar ese objetivo, nos habla
la importancia interior. Por el camino hacia el objetivo a uno le dejarán tal y
como vino al mundo. Puede que le permitan llegar hasta el final. Y estará muy
contento, sin comprender que ha gastado energía, no tanto por alcanzar el objetivo,
como por las acciones de los péndulos”.
Rememora
cuántas veces y en relación a qué sucesos, eventos o acontecimientos has
escuchado decir o tú has emitido el siguiente discurso: “para alcanzar algo en
esta vida hay que trabajar duro o luchar audazmente”.
¿Y, cómo se
mueve el Celador?
¡El Celador (el Transurfer) se mueve con la corriente, se
desliza impasiblemente a través de la realidad!
“El Celador no se resiste a la corriente ni provoca torbellinos
innecesarios, pero tampoco se mueve sin voluntad, como si fuera un barquito de
papel. El Celador se mueve
intencionadamente a favor de la corriente. Por el camino detecta todos los
bajíos, obstáculos y zonas peligrosas y, con sólo unos movimientos suaves,
mantiene la dirección elegida. El timón
está en sus manos.
El Celador te ayuda a no dar manotazos en el agua. No impide a
tu vida ir a favor de la corriente y hace que todo se vuelva para ti mucho más
fácil”
Los papeles del Suplicante, el Resentido y el Guerrero no nos
convienen. Definitivamente ¡NO!
¿Qué papel, pues, asigna el Transurfing al dueño de su destino
en el juego llamado Vida?
Ahora debería quedarte
claro que es el papel del Celador. Cuanto más
alto es el grado de tu conciencia en la vida real, con más eficacia eres capaz
de regir tu propio destino.
Leamos nuevamente lo que Vadim Zeland dice al respecto: “Al
ocupar la posición del Celador, enseguida sentirás la afluencia de la energía.
Se aumentará tu vigor, puesto que ahora no tienes que deprimirte más cumpliendo
simplemente la voluntad ajena, sino que vas
a crear tu propio destino. Ser
responsable de tu propio destino no es una carga, sino la libertad”.
Repito, el Celador es tu
conciencia. Logras estar consciente al máximo sólo si cumples la condición
de que el Celador siempre esté presente
en tu conciencia. Él se encarga de valorar lúcidamente lo que está sucediendo, lleva la cuenta de quién se
beneficia del juego, y vigila para que no te involucren en ese juego como a una
marioneta. Es imprescindible que recuerdes cada minuto: ¿Estoy dormido o no?».
Puedes practicar los sueños lúcidos, si eso no te da miedo. Pero el sueño se
acaba y vuelve la realidad cotidiana. ¿No
será mejor practicar la vida lúcida? Como ves, esa alternativa te da la
posibilidad de acondicionar la capa del mundo a tu propio gusto. La elección es
tuya.
¿Cuándo te has comportado como un Celador?
¿En este momento tienes activado a tu Celador?
¿No?
Entonces, Peregrina,
Peregrino,
ACTIVA A TU CELADOR
¡PRIMERO OBSERVA Y SÓLO DESPUÉS ACTÚA!
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