sábado, 3 de agosto de 2013

EL DUEÑO DE TU DESTINO EN EL JUEGO LLAMADO VIDA

A estas alturas muchos seguidores de este blog me han estado preguntando ¿qué es o quién es exactamente el Celador? Como ya lo he expresado antes, el Celador es simplemente tu conciencia. “Cuanto más alto es el grado de tu conciencia en la vida real, con más eficacia eres capaz de regir tu propio destino”, afirma Vadim Zeland.

PROTOCOLO DE PRÁCTICA

 Vadim Zeland contrapone al papel de Celador los papeles del Suplicante, el Resentido y el Guerrero. Para los cuatro papeles el autor mencionado les interpela con la siguiente interrogante:

¿Cómo se mueven a través de la corriente de las variantes o corriente de la vida?

¿Cómo se mueve el Suplicante?


El Suplicante pide

“El Suplicante declina toda responsabilidad por su destino, diciendo que «todo es voluntad de Dios». Y si es así, sólo hay que pedirlo bien y, como Dios es misericordioso, te lo dará. ¡Montañas y valles! ¡Ríos y mares! ¡Oh, cielo! ¡Oh, tierra! ¡Me inclino ante vuestro poder! Me colman la fe y la veneración. ¡Yo creo que me ayudaréis a comprar mi periódico matutino!». ¿Qué, te parece demasiado exagerado? Nada de eso, porque para las poderosas fuerzas superiores, un periódico matutino o un castillo da lo mismo: todo les es posible. ¡Eres tú, entonces, quien había pedido mal! Bueno, pues, sigue pidiendo”.

¿Recapitula cuántas veces y en qué circunstancias has asumido en la corriente de tu vida el papel de Suplicante?


¿Cómo se mueve el Resentido?


El Resentido exige

“Expresa su disgusto y exige lo que supuestamente le corresponde. El Resentido, con sus pretensiones perjudica más todavía su destino. Como ejemplo pongamos otra alegoría. Un hombre visita una galería de arte donde no le gusta lo expuesto, y se considera con pleno derecho a expresar su disgusto. Empieza patear, a amenazar, a exigir, incluso a romperlo todo a su alrededor. Por supuesto, seguido a eso viene el castigo. El hombre se ofende aún más y sigue indignándose activamente: «Pero ¿cómo es posible? ¡Si es que ellos deberían haber echado los hígados para satisfacerme!». Y no se le pasa por la cabeza que es sólo un huésped en este mundo”.

¿Recuerdas cuántas veces y en qué circunstancias has expresado tu disgusto?

 ¿Cómo se mueve el Guerrero?


El Guerrero lucha

“La posición del Guerrero que haya elegido la lucha es más productiva, pero su vida es muy difícil y requiere grandes esfuerzos. Por mucho que el hombre resista, sólo se envuelve más en la telaraña. Le parece que está luchando por su destino pero, en realidad, sólo consume su energía en vano. A veces el hombre alcanza la victoria. ¡Pero a qué precio! La victoria se expone a la consideración del mundo entero y todos vuelven a convencerse de que los laureles no se consiguen tan fácilmente. De esta manera se crea y fortalece la opinión pública: para alcanzar algo hay que trabajar duro o luchar audazmente.
La opinión pública se forma prácticamente por los péndulos. Los potenciales de importancia sirven de comederos para los péndulos. Si creemos que es difícil alcanzar nuestro objetivo, nos habla la importancia exterior. Si creemos que sólo individuos dotados de cualidades extraordinarias pueden alcanzar ese objetivo, nos habla la importancia interior. Por el camino hacia el objetivo a uno le dejarán tal y como vino al mundo. Puede que le permitan llegar hasta el final. Y estará muy contento, sin comprender que ha gastado energía, no tanto por alcanzar el objetivo, como por las acciones de los péndulos”.

Rememora cuántas veces y en relación a qué sucesos, eventos o acontecimientos has escuchado decir o tú has emitido el siguiente discurso: “para alcanzar algo en esta vida hay que trabajar duro o luchar audazmente”.

¿Y, cómo se mueve el Celador?


¡El Celador (el Transurfer) se mueve con la corriente, se desliza impasiblemente a través de la realidad!

“El Celador no se resiste a la corriente ni provoca torbellinos innecesarios, pero tampoco se mueve sin voluntad, como si fuera un barquito de papel. El Celador se mueve intencionadamente a favor de la corriente. Por el camino detecta todos los bajíos, obstáculos y zonas peligrosas y, con sólo unos movimientos suaves, mantiene la dirección elegida. El timón está en sus manos.
El Celador te ayuda a no dar manotazos en el agua. No impide a tu vida ir a favor de la corriente y hace que todo se vuelva para ti mucho más fácil”

Los papeles del Suplicante, el Resentido y el Guerrero no nos convienen. Definitivamente ¡NO!

¿Qué papel, pues, asigna el Transurfing al dueño de su destino en el juego llamado Vida?

 Ahora debería quedarte claro que es el papel del Celador. Cuanto más alto es el grado de tu conciencia en la vida real, con más eficacia eres capaz de regir tu propio destino.
Leamos nuevamente lo que Vadim Zeland dice al respecto: “Al ocupar la posición del Celador, enseguida sentirás la afluencia de la energía. Se aumentará tu vigor, puesto que ahora no tienes que deprimirte más cumpliendo simplemente la voluntad ajena, sino que vas a crear tu propio destino. Ser responsable de tu propio destino no es una carga, sino la libertad”.

Repito, el Celador es tu conciencia. Logras estar consciente al máximo sólo si cumples la condición de que el Celador siempre esté presente en tu conciencia. Él se encarga de valorar lúcidamente lo que está sucediendo, lleva la cuenta de quién se beneficia del juego, y vigila para que no te involucren en ese juego como a una marioneta. Es imprescindible que recuerdes cada minuto: ¿Estoy dormido o no?». Puedes practicar los sueños lúcidos, si eso no te da miedo. Pero el sueño se acaba y vuelve la realidad cotidiana. ¿No será mejor practicar la vida lúcida? Como ves, esa alternativa te da la posibilidad de acondicionar la capa del mundo a tu propio gusto. La elección es tuya.

¿Cuándo te has comportado como un Celador?

¿En este momento tienes activado a tu Celador?


¿No?
Entonces,  Peregrina, Peregrino,
ACTIVA A TU CELADOR

¡PRIMERO OBSERVA Y SÓLO DESPUÉS ACTÚA!

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