domingo, 21 de abril de 2013

EL ALMA ES TUYA Y ES COMPLETAMENTE INTRANSFERIBLE.



En el camino hacia la unidad de tu mente y tu alma: ser tú mismo (a)

¿Qué es el alma?

El alma es esa “energía” que hace que un hombre crea, produzca, haga, invente. Esa energía que permite salvar obstáculos, esa energía maravillosa que hace que un hombre, una mota de polvo en el universo, se convierta en un gigante capaz de transformar su entorno, de someterlo a sus deseos. No es dinero, es amor, es orgullo, es tenacidad; no es ganar cada vez más dinero, es tener una idea, enamorarte de ella, llevar la idea a la realidad, verla crecer, verla formarse, ver que cobra vida y maravillarte diciéndote “eso lo hice yo”, pensar que de no existir tú, esa maravilla no existiría, que está allí porque la pensaste, la imaginaste, la hiciste. Es sentir que aunque esa obra no pase a lo mejor a la historia de la humanidad, ni del país siquiera, será parte de la historia de mucha gente, gente que de una u otra forma trabajó en o para ella.
Lo que realmente mueve todo es la suma de voluntades, lo que mueve todo es el alma de millones de hombres y mujeres que hacen que las cosas tengan vida, porque las cosas, cuando no tienen el alma del hombre o la mujer que las hacen útiles, no son nada.
Tus zapatos no son nada, si no tienen al hombre que les dé vida. Tus zapatos no son capaces por sí mismos de hacer huellas y marcar camino, son sólo una mezcla de cuero, suela, hilos y pega, pero sin el alma del hombre no son nada.
El alma es esa “misteriosa y divina energía” que no se puede pedir prestada, no se puede robar ni expropiar.  Es esa energía que tampoco se puede enfundar. El alma es tuya y es completamente intransferible.


Ahora bien, te pregunto:

¿Escuchas a tu alma?

¿Haces feliz a tu alma?

¿Tu mente satisface a tu alma?

¿Tu alma canta y tu mente se frota las manos?


El alma no está aquí, en el mundo material, para sufrir. Viene aquí para experimentar felicidad. Por supuesto los péndulos necesitan tu energía para alimentarse, así que ellos te “estimulan” para que experimentes negatividad. Depende de ti si vas a vivir para otra gente, esclavizado por los péndulos, o para tí mismo. Si eliges vivir para ti mismo (a), entonces deberías liberarte de la negatividad, y luego encontrar tu objetivo vital y tu puerta.

Une tu mente y tu alma y encontrarás tu camino.

Permítete el lujo de ser digno de lo mejor que el mundo puede ofrecer.

Permítete ser tú mismo

“Para entregarte a las manos de la intención exterior, debes lograr que tu alma y tu mente concuerden en algo.  Esa unidad es imposible de conseguir si existe importancia. La importancia da lugar a dudas y se convierte en un obstáculo en el camino hacia la unidad. La mente desea pero el alma se opone. El alma pretende conseguir, pero la mente duda y no la deja hacer nada. La importancia arroja la mente contra la ventana cerrada, mientras el alma ve dónde está una ventanilla abierta. El alma pide algo, lo que realmente quiere de todo corazón, pero la importancia mantiene la mente en las redes del sentido común. Y, por fin, la unidad se consigue cuando el alma y la mente coinciden en algo que no les gusta, lo que rechazan, y entonces la intención exterior trata de meterte una mercancía inútil. La discordancia de esfuerzos del alma y la mente se debe al hecho que la mente está bajo el poder de prejuicios y falsos objetivos impuestos por los péndulos. Los péndulos, una vez más, nos tiran por los hilos de la importancia”.  (Reality Transurfing II)

PROTOCOLO DE PRÁCTICA


Te invito, aprendiz de Peregrino (a) para que te involucres en la siguiente dinámica

UNIDAD DEL ALMA Y LA MENTE

DINÁMICA: “¿Canta tu alma?”
OBJETIVOS
1.    Reflexionar sobre los verdaderos deseos de tu alma
2.    Dejar de perseguir espejismos seductores
3.    Lograr la unidad del alma y la mente para comenzar a aceptarte, amarte e integrarte
4.    Aprender a escuchar la voz de tu alma

PROCEDIMIENTO

I.- Aplícate la siguiente encuesta:

¿Canta tu alma?

Dedica los próximos minutos a recordar qué quería tu alma cuando eras niño (a)
1.    ¿Qué quería mi alma cuando era niño (a)?
2.    ¿Qué me gustaba, qué deseaba, qué me atraía de verdad?
3.    ¿A qué tuve que renunciar con el tiempo?
4.    ¿Mi antiguo objetivo, aún sigue atrayéndome como antes?
5.    ¿Qué es lo que realmente quiero, a pesar de todo?
6.    ¿Es falso este objetivo?
7. ¿Realmente lo deseo con toda mi alma o solamente me “gustaría desearlo”?
8.    Ahora le quito a mi objetivo  la Importancia Interior y Exterior
9.    No pienso en cómo voy a conseguir mi objetivo, pienso sólo en mi propio confort.  Me pregunto: ¿Canta mi alma?
10.  Al obtener el acuerdo entre mi mente y mi alma sobre mi objetivo elegido me queda por lograr su unidad en la firmeza de tener y actuar.


 II.- TRANSICIÓN INDUCIDA
Abro un espacio de reflexión (conversación, charla contigo misma (o)) para lograr una transición inducida hacia los siguientes aspectos enunciados según Vadim Zeland:

·         La mente educa al alma como a un niño pequeño e insensato: “Yo sé mejor que tú lo que hay que hacer, y tus estúpidos balbuceos son absolutamente inútiles”
·         La mayoría de las veces la unidad del alma y la mente se consigue en el rechazo, miedo y odio.
·         El alma no tiene voto en cuestiones de elección. La mente la trata como a un niño que pide que le compren un juguete que le gustó. Las respuestas de la mente normalmente son estándares, por ejemplo: “No tenemos dinero para eso”. Así es como se destruye un sueño en su origen.
·         Para conseguir la unidad del alma y la mente, primero es necesario determinar en qué, exactamente, debe conseguir esa unidad, lo que significa marcar nuestros objetivos.
·         No podemos hablar de ninguna unidad del alma y la mente si ésta se lanza a perseguir un espejismo seductor y el alma aspira a algo totalmente opuesto.
·         Al reflexionar sobre el objetivo no pienses en el prestigio que tenga. Haz caer el objetivo del pedestal de su inaccesibilidad. De esta manera quitará la importancia exterior. Al reflexionar sobre el objetivo no pienses en cómo lo vas a conseguir, de esta manera quitarás la importancia interior.
·         Lo relevante es que cuando pienses en el objetivo tu alma cante.
·         El alma no es capaz de no querer nada; después de todo, esta vida es la única posibilidad para el alma.
·         Los otros no recibirán nada de ti si tu propia alma está relegada a segundo plano.
·         La vida se te ha dado no para que sirvas a alguien, sino para que te realices como ser vivo y como persona
·         Cuídate a ti mismo con diligencia, trátate con cariño y atención. Entonces tu alma entrará en calor y desplegará sus alitas.
·         ¿De qué unidad de la mente y el alma puedes hablar si tú no te aceptas, no te quieres y luchas contra ti mismo (a)?
·         El alma no admite objetivos falsos, pues tiene sus propias inclinaciones y necesidades. Al perseguir objetivos falsos no conseguirá nada o, al conseguirlos, comprenderás que ya no necesitas lo que acabas de obtener.

Como he venido insistiendo en las entradas anteriores de este blog, el Transurfing no tiene nada que ver con los péndulos; por tanto te ofrece un camino absolutamente contrario. No cambiar, sino aceptarte a ti mismo. Dar la espalda a toda esa escoria que imponen los péndulos y volver la mente hacia tu alma. Presta oído a lo que te dicta el alma, baja conscientemente la importancia, permítete tener, y obtendrá todo lo que le plazca a tu alma

·     Entusiasmada por su análisis lógico y por pronosticar los acontecimientos, la mente no está dispuesta a escuchar los sentimientos del alma
·         Tú tienes dos voces:  la voz de tu alma y la voz de tu mente
·    El Susurro de las Estrellas de Madrugada = voz del alma = prestarle atención al estado de confort del alma
·      Sólo la incomodidad del alma en respuesta a la decisión tomada por la mente puede servir como única y confiable interpretación de esa información.
·         El sí del alma no es unívoco
·         El no del alma es unívoco
·         Al reflexionar sobre el objetivo, no pienses en el prestigio que tiene, ni en lo difícil que es de lograr, ni en el modo en que lo puedes obtener; presta sólo atención al estado de confort de tu alma. ¡¿Te sientes bien o mal? Sólo eso es lo que importa. La incomodidad indica la opresión, la sensación de carga, la deprimente necesidad, abatimiento, recelos, la preocupación onerosa.

Brinda Peregrino (a) porque ahora mismo estás dispuesto (a) a escuchar a tu alma, a esa “misteriosa y divina energía” que no puedes pedir prestada, ni puedes robar, ni expropiar



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