El Peregrino Filósofo o el Puro Amor
Desde el punto de vista de la tierra, el Sol viene y va,
aunque en realidad siempre está ahí. Del mismo modo, desde el punto de vista
del cuerpo y la mente, nuestra naturaleza esencial de pura
Consciencia viene y va, pero en su propia experiencia de sí misma
está eternamente presente.
Toda experiencia es iluminada, o hecha
conocible, por la luz del puro Conocer. Este Conocer impregna todo
pensamiento, sentimiento, sensación y percepción, independientemente de sus
características particulares.
Nosotros somos este Conocer transparente e
inmutable.
Nuestro Yo ―Consciencia luminosa, abierta y vacía― no
puede ser iluminado; es ya la luz que ilumina toda experiencia. Tampoco un yo separado puede ser
iluminado, porque cuando el yo separado confronta la luz de la Consciencia, se
desvanece, al igual que una sombra cuando es expuesta al sol.
Establecer nuestra propia identidad y seguridad en algo
que aparece, evoluciona, cambia y desaparece es la causa de la infelicidad.
El yo separado no es una entidad; es una actividad: la
actividad de pensar y sentir que nuestra naturaleza esencial de pura
Consciencia comparte las limitaciones y el destino del cuerpo y la mente.
Del mismo modo que una pantalla es íntimamente una
con todas las imágenes y, al mismo tiempo, está libre de ellas, así nuestra
verdadera naturaleza del Conocer Luminoso y Vacío es una con todas las
experiencias y, sin embargo, al mismo tiempo, está intrínsecamente libre de
ellas.
Somos la presencia abierta, vacía y que todo lo
permite de la Consciencia, en la que aparecen y desaparecen los objetos
del cuerpo, la mente y el mundo, mediante la cual todos ellos son conocidos y,
en última instancia, de la que están hechos. Tan solo date cuenta de eso y sé
conscientemente eso.
Cuando se ha soltado todo lo que se puede soltar,
lo que queda es lo que deseamos por encima de todo.
En la ignorancia, soy algo; en la comprensión, soy nada;
en el amor, soy todo.
Nuestro Yo ―Consciencia Luminosa y Vacía― no
conoce la resistencia y es, por lo tanto, la Paz misma; no busca nada y es,
por este motivo, la Felicidad misma; es íntimamente uno con todas las apariencias y,
como tal, es puro Amor.
Tomado de the ashes of love (sample), por Rupert Spira
Traducción de los Aforismos por Diego Merino - las cenizas del amor (Sirio, 2016)