Al conseguir el acuerdo entre el alma y la mente sobre los
objetivos elegidos, te queda por lograr su unidad
en la firmeza de tener y actuar. La intención interior de la mente debe
fundirse con la intención exterior del alma. Si actúas dentro de los límites de
la intención interior y, con todo, la intención exterior está orientada en la
misma dirección, considera que ya tienes el objetivo en el bolsillo. En caso de
no tener definida la intención interior, cuando no ves claramente cómo puedes
lograr el objetivo, trabaja con la determinación de tener.
La intención exterior es mucho más fuerte que la interior; por
tanto, ella misma encontrará una variante para ti.
Es necesario lograr la misma unidad del alma y la mente en la
determinación de tener, la misma que se manifiesta en los sentimientos fuertes.
El alma y la mente, como regla general, se unen en la adoración, la aversión,
los temores y las peores expectativas. Amamos, odiamos y tememos de todo
corazón. Cuando el alma y la mente se unen, nace una pasión frenética. «El que
no sepa odiar, no aprenderá a amar», decía el famoso escritor ruso Nikolai
Chernishevsky.
Si el objetivo está bien elegido, tanto el alma como la mente
estarán contentas. Sólo pueden aguar el
placer los pensamientos ocasionados por la difícil accesibilidad del objetivo o
por la restringida zona de confort del alma.
Cuando la mente duda en la realidad de obtención y el alma se
siente cohibida en su «nuevo sillón», podemos corregir la situación utilizando
diapositivas. Cómo se hace, ya lo sabes. Al aumentar la zona de confort,
lograrás la alegría frenética de la unidad, cuando el alma canta y la mente se
frota las manos con satisfacción.
Repetiré de nuevo: al reflexionar sobre el objetivo, no pienses
en el prestigio que tiene, ni en lo difícil que es de lograr, ni en el modo en
que lo puedes obtener; presta sólo atención al estado de confort de tu alma.
¿Te sientes bien o mal?
Sólo eso es lo que importa. En caso contrario puedes confundir
la cohibición del alma con la incomodidad del alma. La cohibición, o una
especie de timidez, procede del carácter insólito de la situación: «¿Será
posible que todo sea para mí?». En cambio, la incomodidad indica la opresión,
la sensación de carga, la deprimente necesidad, abatimiento, recelos, la
preocupación onerosa. Si la cohibición del alma no se corrige con las
diapositivas, significa que se trata de una evidente incomodidad. Entonces
merece la pena que vuelvas a pensar sin intentar engañarte: ¿realmente
este objetivo es tan imprescindible para ti?
Vadim Zeland
PROTOCOLO DE PRÁCTICA
Al reflexionar sobre el objetivo:
v
No pienses en el prestigio que
tiene,
v
Ni en lo difícil que es de
lograr,
v
Ni en el modo en que lo puedes
obtener; presta sólo atención al estado de confort de tu alma. ¿Te sientes bien
o mal?
Recuerda:
Si sientes opresión, una sensación de carga, una deprimente
necesidad, abatimiento, recelos y una preocupación onerosa, es que tu alma te
está indicando una evidente incomodidad y una desarmonía entre el querer tener y el
actuar.
Ø ¿Hoy, domingo 04 de enero de 2015, ya conseguiste el acuerdo
entre tu alma y tu mente sobre tu objetivo vital trascendente elegido?
Ø ¿Hoy, domingo 04 de enero de 2015, te sientes bien o te sientes
mal?
¡Brindamos hoy porque reconocemos que tanto nuestra alma
como nuestra mente están contentas!
El Peregrino del Transurfing te desea
UN PRÓSPERO, FELIZ Y VENTUROSO AÑO 2015
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