lunes, 11 de noviembre de 2013

EL VIAJE DEL PEREGRINO IMPASIBLE


Adentrándome cada vez más profundo en la comprensión y conocimiento del Modelo del Transurfing de la Realidad, de pronto me conecto con un fragmento notable del libro “Perspectivas desde el Mundo Real” de G.I. Gurdjieff,  relacionado con aquellos que emprenden la acción hacia el conocimiento de sí mismos. En dicho fragmento encuentro reminiscencias no olvidadas acerca de la metáfora del viaje como recurso explicativo y clarificador acerca de la importancia y severidad o seriedad con que se debe emprender la sagrada tarea de convertirnos en personas “más conscientes” cuando nos sumergimos impasibles en la corriente de las variantes en dirección de la consecución de nuestros objetivos y metas.

PROTOCOLO DE PRÁCTICA

Para tu reflexión, respetada/o Peregrina/o, te transcribo el fragmento de Gurdjieff. A lo mejor, después de haber activado a tu Celador (tu Consciencia Lúcida y Despierta), puedas ahora sí “emprender” tu propio camino.

El viaje del Peregrino/a

“Y aquí, como en el conocimiento de sí, es aplicable el principio que ya he citado: "Para poder hacer, es necesario saber; pero para saber, es necesario encontrar cómo saber."

“Salga usted en una clara y estrellada noche a un lugar abierto y mire al cielo, a aquellos millones de mundos sobre su cabeza. Recuerde que quizás en cada uno de ellos hormiguean billones de seres semejantes o quizá superiores a usted en su organización. Mire la Vía Láctea. La Tierra ni siquiera puede ser llamada un grano de arena en este infinito. Se disuelve y desaparece, y con ella usted. ¿Dónde está usted? Y lo que usted quiere ¿no será simplemente locura?
Ante todos esos mundos, pregúntese cuáles son sus metas y esperanzas, sus intenciones y medios para cumplirlas, cuáles serán las exigencias que le podrán hacer y cuál su preparación para enfrentarlas.
Un largo y difícil viaje está ante usted, se está preparando para un extraño y desconocido territorio. El camino es infinitamente largo. No sabe si será posible descansar en el camino, ni dónde será posible. Debe estar preparado para lo peor. Lleve todo lo necesario para el viaje. Trate de no olvidar nada, porque después será demasiado tarde y no habrá tiempo para regresar por lo que se ha olvidado, para rectificar el error. Mida su fuerza; ¿es suficiente para todo el viaje? ¿Cuán pronto puede partir?
Recuerde que si tarda más en el camino, necesitará llevar proporcionalmente más provisiones, y esto lo hará demorar más, tanto en el camino como en los preparativos. Sin embargo, cada minuto cuenta. Una vez que ha decidido ir, es inútil perder tiempo.
No cuente con tratar de regresar. Este experimento le puede costar muy caro. El guía se compromete sólo a llevarlo allá y si quiere regresar, él no está obligado a regresar con usted.
Será abandonado a sí mismo, y desdichado aquel que se debilita u olvida el camino: nunca regresará. Y aún si recuerda el camino, siempre queda la pregunta: ¿regresará sano y salvo?
Porque hay muchas molestias que esperan al viajero solitario que no conoce el camino y las costumbres que ahí prevalecen. Tenga en cuenta que su vista tiene la facultad de presentar objetos distantes como si estuvieran cerca. Engañado por la cercanía de la meta, hacia la cual se esfuerza, cegado por su belleza e ignorante de la medida de su propia fuerza, no verá los obstáculos en el camino; no verá las numerosas zanjas que cruzan el camino. En una verde pradera cubierta de exuberantes flores, en el tupido pasto, se esconde un profundo precipicio. Es muy fácil tropezar y caer si sus ojos no están concentrados en el paso que está dando.
No olvide concentrar toda su atención en el sector más cercano del camino; no se preocupe por metas lejanas, si no quiere caer en el precipicio. Sin embargo, no olvide su meta. Recuérdela todo el tiempo y mantenga en sí mismo un activo empeño hacia ella, para no perder la dirección correcta. Y una vez que haya empezado, sea vigilante; lo que ha pasado queda atrás y no reaparecerá; de modo que si deja de verlo en el momento preciso, nunca lo notará.
No sea demasiado curioso ni pierda tiempo en cosas que atraen su atención, pero que no la merecen. El tiempo es precioso, y no debería gastarse en cosas que no tienen relación directa con su meta. Recuerde dónde está y por qué está aquí. No se proteja y recuerde que ningún esfuerzo se hace en vano”.


¡Y ahora Peregrina/o puedes emprender tu camino!


No hay comentarios:

Publicar un comentario